Friday, 17 July 2015

Diez consejos para que el sol no queme tu piel este verano

Artículo proporcionado por colaboración de MARCELA FRANZONE
Te ofrecemos varias recomendaciones para evitar que las quemaduras solares no te amarguen el verano Con la llegada del mes de junio arranca oficialmente la temporada de verano. A partir de ahora, las playas y piscinas de toda Espana se empezaran a llenar de ciudadanos deseosos de broncearse la piel y lucir moreno. Pese a que ya se ha repetido en multitud de ocasiones y por activa y pasiva que este habito no es demasiado saludable para nuestro cuerpo y especialmente para nuestro piel, se trata de una costumbre tan arraigada en nuestra sociedad que resulta dificil conscienciar a los ciudadanos de los efectos perjudiciales que el sol puede tener para nuestro organismo. Ademas, existen tambien muchos mitos y falsas creencias sobre la exposicion al sol. No debemos olvidar que exponerse a la radiacion solar conlleva unos riesgos para nuestra salud y por tanto, debemos proteger nuestra piel de forma correcta y con responsabilidad para evitar males mayores. Ponernos un protector solar no significa que podamos pasarnos horas y horas tumbados bajo el sol. Tambien debemos tener en cuenta que las cremas solares no son invencibles frente al agua o la arena. Los protectores nos ayudan a protegernos, pero no nos inmunizan frente al sol y mucho menos frente a las enfermedades causadas por la radiacion. Por regla general, se recomienda que cuando nos expongamos a la radiacion solar lo hagamos con protecciones fisicas como un gorro, una camiseta, una sombrilla..., ademas logicamente de una adecuada crema solar. En estas lineas, la dermatologa Ariadna Ortiz-Brugues nos ofrece 10 consejos que nos ayudaran a evitar las quemaduras del sol durante estos proximos meses. Aplicate el protector solar antes de la exposicion al sol y renueva frecuentemente su aplicacion, sobre todo despues de cada bano. Debe ser una crema adaptada a las caracteristicas de nuestra piel. Lo ideal es que sean fotoestables, es decir que la capacidad del filtro solar permanezca estable ante la exposicion solar o del agua. Exponte progresivamente al sol y evita la exposicion solar entre las 12 y las 16 horas. Evita las sesiones bronceadoras con lamparas de rayos UVA, ya que contribuyen a la aparicion de canceres cutaneos y aceleran el envejecimiento cutaneo. En bebes y ninos menores de 3 anos limita la exposicion solar a los extremos horarios, principio de la manana o final de la tarde y protegeles con un fotoprotector de alta proteccion a fin de preservar el mayor tiempo posible su capital solar. En efecto, la piel conserva la memoria de todas las radiaciones recibidas durante toda la vida. Cuanto mas importante ha sido la dosis de radiacion recibida, mayor es el riesgo de aparicion de canceres en la edad adulta. No olvides que tambien puedes quemarte realizando cualquier actividad al aire libre: montando en bicicleta, paseando, realizando deporte, en el jardin... En todas estas ocasiones aplicate un fotoprotector. Hay que tener en cuenta que a cuanto mas altitud mayor exposicion solar, recuerda la experta, quien sobre todo destaca la importancia de extremar el factor de proteccion a la hora de esquiar. Ten en cuenta aquellas circunstancias que comportan un riesgo suplementario o una falsa seguridad: altitud, nubosidad, superficies reflectoras (nieve, arena, hierba, agua), viento fresco... Protegete con gorra y gafas de sol con cristales homologados capaces de filtrar los rayos UVA y UVB. A los ninos, ademas, protegelos con una camiseta seca y opaca: una camiseta mojada deja pasar los rayos UV. Secate bien despues de cada bano. El efecto lupa de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los protectores solares aunque estos sean resistentes al agua. Bebe agua en abundancia y frecuentemente. El sol deshidrata nuestro organismo. Vigila sobre todo a las personas mayores, cuya sensacion de sed esta atenuada y a los ninos, cuya necesidad de agua es importante y sus centros de termoregulacion son todavia inmaduros. Si adviertes que una peca o lunar cambia de forma, tamano o color, consulta a tu dermatologo.
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