Artículo proporcionado por colaboración de Marcela Franzone
La Tete haute reivindica las instituciones del estado frances a traves del proceso de reinsercion de un menor problematico
Poco glamour y mucha conciencia social en la La Tete haute, la pelicula que ha inaugurado el Festival de Cannes. Dirigido por Emmanuelle Bercot, con Catherine Deneuve como protagonista, este drama patriotico se centra en la relacion de un muchacho con un Tribunal de Menores a lo largo de diez anos. Malony (Rod Paradot) acude por primera vez ante la juez con seis anos: su madre se ve incapaz de controlar sus actitudes violentas y renuncia a su custodia. A partir de aqui, la pelicula traza la dedicacion pertinaz del sistema para conseguir que Malony enderece su vida.
Dos personas en concreto lucharan desde las instituciones para que este chico con tendencia al comportamiento agresivo y con un infinito historial de robo de coches no acabe con sus huesos en la carcel cuando cumpla los 18 anos. Por un lado la Juez (asi, en mayusculas y sin nombre propio) a la que da vida Catherine Deneuve, representacion de un sistema con rostro humano cuya principal funcion es garantizar la igualdad de oportunidades, incluso para los menores que crecen en hogares desestructurados. Por otro, Yann (Benoit Magimel), una suerte de hermano mayor que, tras pasar el mismo una juventud problematica, trabaja como agente de apoyo para menores delincuentes en vias de reinsercion.
En La Tete haute, la mama Republica consigue solucionar los problemas que sobrepasan a la mama biologicaEn un filme sobre la relacion de un muchacho con las instituciones asistenciales, la camara apenas se adentra en la vida familiar del joven protagonista para centrarse en las muchas horas que este pasa en el tribunal de menores, en los diferentes centros de acogida y en la carcel. A lo largo de sus dos horas de metraje, La Tete haut recoge las muchas veces en que Malony se equivoca, la caga o reincide en sus errores para demostrar como un estado que funciona bien es capaz de darle siempre una nueva oportunidad. Y todo ello gracias a funcionarios en su mayoria pacientes, responsables y concienciados. La pelicula deja clara la idea de que las instituciones solo pueden cumplir su cometido con dinero, tiempo y persistencia.
Con esta clara vocacion de defender el sistema, Bercot no se interesa ni por sus grietas ni por sus problemas hasta el punto de pasar por encima de algun asunto que la propia pelicula apunta, como el hecho de que algunos jovenes puedan sentirse discriminados en estos centros por cuestiones racistas. Incluso la breve estancia de Malony en la carcel se muestra como algo positivo para su reinsercion. El personaje de Deneuve sirve un par de metaforas que permiten ilustrar la concepcion de las instituciones que ofrece la pelicula y su relacion con los ciudadanos a los que sirven. Una es la que concibe el estado como el responsable de poner los railes por donde luego los jovenes deben moverse. La otra es aquella en que la magistrada conmina al muchacho a saber tomar la mano que ella le tiende.
A fin de que Malony no funcione solo como arquetipo de joven delincuente de caracter turbulento pero buen fondo, Bercot le escribe una historia de amor con otra joven que acaba en embarazo adolescente. Bercot soluciona esta subtrama con un discutible climax dramatico destinado a poner a los espectadores de parte del joven protagonista. Y no es el unico momento en que fuerza la intensidad emocional para conmover al publico. La directora realiza un esfuerzo constante para que el retrato de las actitudes agresivas del menor no provoque el rechazo de la audiencia.
El personaje de la madre de Malony, interpretado por Sara Forestier, resulta un compendio de tics y cliches ligados a la mujer de clase obrera sobrepasada por sus circunstancias: aspecto desalinado, habla en jerga, actitud inmadura e irresponsable a pesar de sus buenos sentimientos. Su personaje se opone de manera evidente al que da vida Catherine Deneuve. La juez se presenta como una mujer madura, sobria, equilibrada y responsable que siempre sabe tomar la decision mas correcta. En La Tete haute, la mama Republica consigue solucionar los problemas que sobrepasan a la mama biologica. La metafora queda subrayada con el plano que cierra la pelicula: tras la salida del tribunal de Malony, en el plano solo queda la bandera francesa ondeando triunfante frente al Tribunal de Justicia.
Loable en sus intencion de defender la importancia de las instituciones publicas, La Tete haute sin embargo resulta un film plano y por momentos burdo que no consigue equilibrar cierto realismo de aire documental con las emociones de un drama humano. Mas cerca de una variante en ficcion de Hermano mayor que de la sobria contundencia del cine de los hermanos Dardenne, La Tete haute ha generado poco mas que indiferencia en su primera proyeccion para acreditados. Una inauguracion tibia, floja y patriotica para una edicion del Festival de Cannes donde el acento frances se va a hacer notar mas que de costumbre.
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